Tecnología e impacto ambiental, el presente del Green IT

Volver

Con la digitalización las TIC desempeñan un rol cada vez más importante en la sociedad, pero su relación con la reducción de las emisiones de CO2 no es tan simple. El consumo de energía por el uso de las TIC está avanzando de forma exponencial.

A medida que la economía digital continúa expandiéndose también lo hace la huella de carbono. Y si bien, muchos expertos coinciden en que la digitalización ayuda a reducir las emisiones de dióxido de carbono (CO2), también es cierto que, la tecnología es ya un contribuyente importante a las emisiones de gases de efecto invernadero, y con una participación que va en aumento.

Es innegable que la tecnología es parte trascendental de nuestro día a día, y que tiene un impacto enorme sobre el consumo energético, dado que la cantidad de datos que generamos en el mundo laboral y la vida personal crece de manera exponencial. Un trasfondo que produce cada vez mayor preocupación, y que de no ser controlado y supervisado, puede afectar negativamente en el medio ambiente.

La emisión de CO2 es un grave problema medioambiental al que se enfrenta toda la orbe. El exceso de estos gases en la atmósfera propicia el efecto invernadero, lo que implica que la dispersión del calor se reduce, produciendo un alza de temperatura de la superficie del planeta hacia el espacio que provoca un mayor calentamiento de la Tierra, causando así, el aceleramiento de catástrofes medioambientales que costarán la pérdida de ecosistemas y la extinción de miles de especies.

Qué papel juegan las TIC

Los especialistas señalan que las TIC desempeñan un rol cada vez más importante en la sociedad y aportan eficiencia a casi todos los rincones de la economía mundial, pero que su relación con la reducción de las emisiones de carbono puede no ser tan simple.

 “Esto ocurre ya que la propia codificación y el uso del software contribuyen de forma significativa a las emisiones de gases de efecto invernadero”, aclara Víctor Silva, CEO de BC Tecnología.

No menor, la industria genera emisiones que representan actualmente entre el 5% y el 9% del consumo mundial de electricidad. De hecho, debido al ritmo con que avanza la digitalización, la consultora especialista en inteligencia energética y climática, Enerdata, prevé que esta cifra alcance el 21% en 2030. Dado que solo el 11% de la producción mundial de energía procede de fuentes renovables desde 2019.

Y de acuerdo a un reciente estudio de la Universidad de Lancaster (Reino Unido), en conjunto con la consultora de sostenibilidad Small World Consulting, se advierte que las nuevas tendencias tecnológicas como el Big Data, la Inteligencia Artificial (IA), el Internet de las cosas (LoT), así como el blockchain y las criptomonedas, corren el riesgo de impulsar un crecimiento mayor de la huella de carbono de las TIC.

Qué se está haciendo por el planeta 

El término “Green IT”,  “Green Computing” o simplemente “tecnología verde”, es probablemente familiar para la mayoría de quienes se desenvuelven en el mundo TI, dado que se refiere al uso eficiente de los recursos empleados por las TIC, buscando la minimización del impacto ambiental.

El Green IT persigue que las empresas implanten medidas y acciones para reducir su huella de carbono reduciendo su consumo eléctrico. Donde por ejemplo, una de las alternativas más recurrente por estos días para conseguirlo es migrar a la nube.

Es una estrategia de sostenibilidad tecnológica, que busca compensar, de alguna manera, los aspectos no tan positivos del desarrollo tecnológico. Su fin no es limitar la tecnología, sino que encontrar la manera de que al hacerlo se preserven los recursos naturales y el medio ambiente.

Y así lo están entendiendo las organizaciones, el Green IT se ha convertido en mucho más que una tendencia. La tecnología verde se está incorporando poco a poco en las estrategias de todas las empresas, debido a la necesidad de reducir su huella de carbono y de formar una cultura empresarial que abogue por la responsabilidad corporativa y el cuidado del medioambiente.

“El grado de concientización ambiental se ha incrementado con el paso de los años en el ámbito corporativo. El grave escenario medioambiental que enfrentamos como humanidad, no nos puede dejar indiferentes, las empresas tenemos la responsabilidad de implementar procesos más verdes y prácticas más sostenibles, independientemente de la industria a la que representemos”, manifiesta el CEO de BC Tecnología.

Ciertamente la tecnología verde no se limita solo a las áreas de TI de las compañías. Debemos considerar que no existe un proceso que no lleve implícita la tecnología, por lo que hablar de Green IT nos conduce a una práctica transversal y a iniciativas en las que todos deberíamos ser partícipes. 

Plantar árboles para un mejor medio ambiente

Si bien hay propuestas para eliminar el CO2 de la atmósfera de manera artificial, el trabajo que hacen los árboles es vital, dado que capturan carbono y ayudan a enfriar nuestro clima. Según una  investigación científica reciente, un programa mundial de plantación masiva de árboles podría acabar con dos tercios de las emisiones de gases de efecto invernadero que el ser humano ha expuesto a la atmósfera.

“Los bosques y las selvas son actores relevantes en la lucha contra  las emisiones de CO2. Según los estudios, éstos pueden absorber hasta el 40% de las emisiones de dióxido de carbono mundial emitidas en un año”, señala Silva, quien además nos cuenta que BC Tecnología se sumó este 2022 a la iniciativa de restauración y reforestación de los bosques nativos de Chile, impulsada por la Fundación Reforestemos, que lleva 10 años con esta tarea en el país.

“En BC Tecnología estamos comprometidos con la sustentabilidad y la protección del medio ambiente. Por eso, como parte de ese compromiso y de una contribución activa, estamos plantando un árbol por cada nuevo colaborador que se integra a nuestro equipo, y es así como en lo que va de este año, hemos podido donar 137 árboles nativos al bosque chileno”, comenta el ejecutivo.  

El CEO de la empresa tecnológica, ve en esta iniciativa una excelente oportunidad para contribuir a un proyecto que apoya no solo a la comunidad local, sino al planeta mismo. “Sabemos que aún queda mucho por hacer, este es solo un primer paso para nosotros,  el cual seguiremos impulsando  en 2023, como también otras prácticas que hagan participe a nuestros colaboradores, y sean amigables con el medio ambiente”, concluye.

Contenido: Claudia Olguín

Diseño: Jorge Román